
Con el paso de los años, los teléfonos móviles se han convertido en una extensión de nosotros mismos. Tanto es el impacto que han adquirido en nuestra sociedad, que no podemos vivir sin ellos. Los utilizamos a todas horas y en cualquier parte, siendo conscientes de lo peligroso que resulta a veces sacarlos del bolsillo. ¿A quién no se le ha caído nunca el móvil? Es algo que puede llegar a ocurrir varias veces al mes, y si tenemos suerte, solo supondrá algunos rasguños en nuestro cristal templado. Aunque si la altura es suficiente como para dañar su funcionamiento, deberemos plantearnos algo: ¿es mejor repararlo o comprar uno nuevo? Continue reading